Roma, la capital, constituye una de las visitas imprescindibles durante los viajes a Italia. Salpicada de fuentes monumentales y plazas flanqueadas por iglesias y palacios que albergan verdaderas obras de arte, refleja en cada uno de sus rincones el paso de los siglos. Entre los principales reclamos turísticos de la Ciudad Eterna destaca el Coliseo -una de las Nuevas Maravillas del Mundo Moderno-, el Panteón, la Fontana de Trevi, el Castillo del Santo Ángel, los Museos Vaticanos, la Basílica de San Pedro y la Capilla Sixtina. Al norte, se encuentra el importante puerto de Civitavecchia y, al sur, se extiende Nápoles, con una de las bahías más bellas de Italia, desde donde parte la espectacular Costa Amalfitana. Muy cerca, Pompeya sorprende al viajero gracias a la magnífica conservación de una ciudad romana que durante siglos estuvo sepultada bajo la lava del Vesubio. Salerno, Bari y Calabria son otras interesantes localidades para contemplar durante los viajes a Italia.
Por otra parte, el norte del país está poblado de enclaves de renombre internacional. Es el caso de Venecia -la Ciudad de los Canales, salpicada de edificios de imponente arquitectura y famosa por su espectacular Plaza de San Marcos-, Florencia -la Ciudad del Renacimiento, que alberga las capillas de los Medici y la galería de los Uffizzi, una de las mayores pinacotecas del mundo-, Rávena -donde reposan los restos de Dante Alighieri, que escribió allí La Divina Comedia-, Verona -testigo de uno de los romances más trágicos, el de Romeo y Julieta, popularizado mundialmente por William Shakespeare- y Livorno -puerto de entrada a la región de la Toscana-. Pero en el norte, el viajero encontrará muchos más reclamos, como Turín, Milán, Trento, Siena, Génova, Parma y Pisa.
Los viajes a Italia también pueden iniciarse con un recorrido por sus islas. Sicilia, por ejemplo, es la más grande del Mediterráneo y conserva numerosos vestigios griegos, ruinas romanas, iglesias normandas y castillos y cúpulas árabes y bizantinas. En la costa norte destaca Palermo, la capital, con bonitas construcciones que exhiben una gran variedad de estilos artísticos. En la costa este aguardan interesantes ciudades como Siracusa -con sus magníficos restos griegos y romanos-, Catania -excelente punto de partida para realizar excursiones al cercano Etna, el volcán activo más grande de Europa-, Taormina -ubicada sobre un acantilado, con bellos jardines, magníficas playas y un rico patrimonio histórico- y Mesina -desde donde es posible visitar el archipiélago volcánico de las Islas Eolias, declaradas Patrimonio de la Humanidad por sus bellos parajes, y entre las que se encuentran Vulcano y Strómboli-. En la costa oeste, Agrigento conserva increíbles yacimientos arqueológicos, como el Valle de los Templos, y muy cerca se encuentra la agradable población costera de Porto Empedocle. Por su parte, la costa sur ofrece numerosas calas y playas de arena. Las islas de Cerdeña y Capri o el archipiélago de Tremiti son otros destinos imprescindibles para descubrir la riqueza insular de Italia.
Uno de los mayores atractivos de Italia es su gastronomía, tan apreciada en el resto del mundo. La pasta, las verduras, quesos como el provolone o el parmigliano y las tradicionales salsas de pesto, putanesca y boloñesa son los protagonistas de cada plato. Para empezar, destacan los aperitivos o antipasti como el carpaccio o embutidos como el popular prosciutto, tras los que llegan propuestas tan populares como la sopa minestrone, los espaguetis, la lasaña, la pizza, la focaccia, los tortellini, el osobuco a la milanesa y el rissotto, platos que cobran durante los viajes a Italia un sabor aún más especial. En cuanto a los postres, nada mejor que degustar el tiramisú, la panacota o el panettone. Los vinos, el vermú, el café y licores como el limoncello, el amaretto y la grapa, gozan de gran popularidad
